Las películas que tuvieron como protagonistas a estos personajes tuvieron en algunos casos casi 20 años entre su anteúltima y ultima edición.
A la hora de encarar estas secuelas parece haber dos caminos a seguir: por un lado esta el camino fácil que pueden tomar el director, productor y guionista. Este sería simplemente repetir la trama de las películas anteriores que tanto éxito tuvieron 20 años antes pero con un protagonista (ya por la edad) al que cada vez se le cree menos el poder llevar a cabo las hazañas que realizó en las películas anteriores y que quiere realizar en esta, como lo hacen en Terminador, Duro de matar, Rambo y en menor medida Rocky Balboa.
Por otra parte existen los directores que optan por aprovechar este costoso recurso que es el tiempo entre una entrega y otra, y se dedican a mostrar como todos los personajes maduraron, envejecieron o como contrajeron sus cicatrices emocionales y físicas de 15 años de experiencias. Este es el caso de Rocky Balboa, que pasa de enfrentarse a rusos y malos pupilos en peleas extravagantes, a enfrentar la desolación de seguir viviendo sin el amor de su vida, o ver a un hijo que lo supero intelectual, social y económicamente y que se avergüenza de llevar el apellido Balboa por miedo de vivir en su sombra. O ver a un Michael Corleone después de su tan ansiada travesía de transformar la familia Corleone en una corporación dedicada a los negocios 100% legales y limpios para darse cuenta que podrán ser legales pero no tan limpios como tan bien lo pone su personaje en la ultima de las entregas del Padrino.”Every time I try to get out they pull me back in” termina diciendo Michael.
Así que bien, acá tiene las dos opciones. Ahora estará en ustedes decidir cual de las dos les gusta más por que por lo visto, habrá que acostumbrarse a lo que parece un nuevo género del cine Hollywoodense: La Secuela.
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